Antes de emprender el viaje, conviene conocer algunos datos de interés de Shanghai que le permitirán evitar posibles inconvenientes durante su estancia en esta magnífica ciudad china.
De los 18 barrios de Shanghai, nueve se pueden considerar centrales y siete son periféricos. No existe un único distrito central, ya que éste tiene una gran amplitud y se extiende por varios distritos.
Llegar en avión a Shanghai es la forma más rápida de hacerlo. La ciudad tiene dos aeropuertos: el de Pudong y el de Hongqiao. El de Pudong, situado a las afueras de la ciudad, a unos 30 kilómetros del centro, es el más moderno y transitado del país y que más vuelos internacionales concentra, mientras que el de Hongqiao está situado en el noreste de la ciudad y concentra, principalmente, vuelos domésticos.
Llegar en tren a Shanghai puede ser una buena alternativa si nuestro punto de origen es Pekín o cualquier otra gran ciudad china. En general, los trenes chinos son muy rápidos y muy cómodos, aunque suelen ir abarrotados de gente, por lo que conviene hacer la reserva de los billetes con bastante antelación.
Llegar por carretera a Shanghai no se considera una buena opción, por el elevado número de accidentes que se dan en las carreteras chinas y por el papeleo que hay que realizar antes de poder alquilar un vehículo, incluidas preguntas acerca de las normas de tráfico chinas, ya que China no reconoce el permiso de conducir internacional.
Cómo moverse en Shanghai no constituye ningún problema, puesto que la ciudad es moderna y cuenta con medios de transporte bastante económicos y muy eficaces. En Shanghai uno puede desplazarse en metro, en taxi o en autobús, que son los medios más utilizados.